Entonces
el Metropolitano Eufemio se aplicó a consagrar la Santa Iglesia Toledana, lo
cual verificó dos meses después de la conversión de Recaredo, corriendo aun el
primer año de su reinado, el domingo 13 de abril de la Era DCXXV, (año de 587), según
manifiesta la inscripción de una piedra cilíndrica descubierta en el año de
1591, y que se conserva en el claustro de la misma catedral, en la cual se lee:
IN NOMINE DNI CONSECRA
TA ECLESIA SCTE MARIE
IN CATHOLICO DIE PRIMO
IDUS APRILIS ANNO FELI
CITER PRIMO REGNI DNI
NOSTRI GLORIOSISSIMI FL
RECCAREDI REGIS ERA
D
C X X V.
Cuya
traducción al castellano, es:
En
el nombre del Señor fue consagrada la iglesia de Santa María, en el católico día
primero de los idus de abril en el año felizmente primero del reinado de
nuestro gloriosísimo señor el rey Flavio Recaredo, Era 625.
En
el año 589, juntó este Rey en la ciudad de Toledo un Concilio nacional, á que
concurrieron los Obispos de las seis provincias que componían entonces sus
dominios, con el fin de que solemnemente fuese Dios glorificado por la conversión
de los godos y suevos. A este Concilio, que fue el III Toledano, asistieron
sesenta y dos Obispos, cinco Vicarios de ausentes, y el Monarca mismo
protegiéndolos, al modo que en otro tiempo el emperador Constantino el Grande
la había hecho en el Niceno. Presentó en el Recaredo la fórmula de su conversión
solemne, firmada de su mano y de la reina BADDO, y en la cual clara y
terminantemente abjuraba los errores arrianos, confesando la Religión Católica.
Leída esta solemne y explicita declaración, dieron los Padres gracias á Dios, y
bendiciones y aclamaciones al Soberano. Levantándose en seguida uno de los
Obispos, exhortó á los Prelados y Próceres, antes arrianos, á que siguiesen el
ejemplo del Rey: ellos unánimemente respondieron, que aun cuando ya le habían
imitado al principio de su conversión (dos años antes, al comenzar el de 587)
estaban prontos, no solo á repetir su confesión, sino a firmar cuanto les quisiesen
prescribir. En su consecuencia, se hizo solemne protestación de la Fe en 24 capítulos,
y se decretó lo que en la Disciplina eclesiástica habían hecho necesario las
guerras y herejías precedentes, formando al efecto otros 23 capítulos. Así
quedó totalmente extinguida para siempre en España la secta de Arrio.
Eufemio
firmó en este Concilio en segundo lugar después de Massana, prelado de Mérida,
y San Leandro que lo era de Sevilla. Sobrevivió poco á su celebración, muriendo
en el mismo año ó en el siguiente 590.
Gustavo Adolfo Bécquer & Manuel de
Assas
Toledo
Historia de los templos de España
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