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Andrés Ramírez, bar El Cuerno de Oro, calle Avenir, Barcelona, diciembre de 1988. Mi vida estaba destinada al fracaso, Belano, así como lo ...
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«Dichoso aquel que alejado de los negocios, como la primitiva raza de los mortales, trabaja el campo paterno con sus bueyes, libre de tod...
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II. La batalla de los árboles Parece que los cantores ambulantes galeses, lo mismo que los poetas irlandeses, recitaban sus romances trad...
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Caen as follas... sinto unha cousa que se apousa en min e non me toca. E chove pra que eu soñe, pra que eu soñe, fala a tarde baixiño...
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Tocaron la puerta, Josefino Rojas salió a abrir y no encontró a nadie en la calle. Ya oscurecía, aún no habían encendido los faroles del ji...
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CUMBRE DE URBIÓN. A Joaquín Gómez de Llarena Es la cumbre, por fin, la última cumbre. Y mis ojos en torno hacen la ronda y cantan e...
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