En estos momentos está viva y goza de buena salud

LA EXCARCELACIÓN DE LA ACUSADA KORNÍLOVA
El 22 de abril del presente año, en el tribunal provincial de esta ciudad, se procedió a revisar el proceso de la acusada Kornílova, con un tribunal y un jurado nuevos. El fallo anterior, pronunciado el año pasado, fue anulado por el Senado porque el informe pericial de los médicos se juzgo insuficiente. Es posible que la mayoría de mis lectores se acuerde de ese caso. Una joven madrastra (que a la sazón era menor de edad), estando embarazada, en un ataque de rabia contra su marido, que siempre estaba poniéndole de ejemplo a su primera esposa, después de una violenta disputa, arrojó por la ventana de un cuarto piso (desde unos once metros de altura) a su hijastra de seis años, fruto del primer matrimonio de su marido, produciéndose algo que casi cabe calificar de milagroso: la criatura no se mató ni quedó lisiada ni sufrió lesiones de ningún tipo, y no tardó en recobrar el conocimiento. En estos momentos está viva y goza de buena salud. Ese acto bestial de la joven mujer estuvo acompañado de decisiones tan insensatas y misteriosas que uno no podía dejar de preguntarse si estaba en su sano juicio cuando cometió los hechos. ¿No se hallaría, por ejemplo, en un estado de trastorno transitorio causado por el embarazo? Cuando se despertó aquella mañana, después de que su marido ya se hubiese marchado al trabajo, dejó que la niña siguiera durmiendo; luego la vistió, la calzó y le sirvió el café. A continuación abrió la ventana y la empujó. Sin mirar siquiera hacia abajo, para ver lo que había sucedido con la niña, se vistió y se dirigió a la comisaría, donde informó de lo que había pasado y respondió a las preguntas de forma grosera y extraña. Cuando, al cabo de varias horas, le comunicaron que la pequeña estaba sana y salva, observó, sin expresar alegría ni pesar, con la mayor indiferencia y sangre fría, como sumida en sus pensamientos: «Tiene más vidas que un gato». Luego, durante el mes y medio siguiente, en las dos prisiones en las que estuvo detenida, siguió mostrándose sombría, grosera, reservada. Y de pronto esos rasgos desaparecieron como por ensalmo: durante los cuatro meses previos al alumbramiento, así como durante y después del primer proceso, la directora de la sección femenina de la cárcel no hacía más que elogiarla: había dado muestras de un carácter ecuánime, sereno, afable, abierto. No obstante, ya he descrito antes todo eso. En suma, la sentencia anterior ha sido revocada y el 22 de abril se pronunció un nuevo veredicto, que absolvía a Kornílova.

Diario de un escritor
Dnevnik pisatelia (Дневник писателя)
Fiódor Dostoyevski, 1873-1881
Traducción: Víctor Gallego Ballestero

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