GREENWICH BANKS
Cuando cierro los ojos recuerdo una arboleda
en la linde del mar y del verano
y te veo mirándote en el río,
mientras el Sol se pone y vagan las gaviotas.
Tu imagen tiembla y huye en la corriente
camino de las sombras del ocaso;
luego se copia y huye repetida,
por hacer breve la orfandad del agua.
Veo una calle abierta al horizonte
donde vuelan los tordos y corren las ardillas.
Las ramas de un alerce golpean los cristales,
pentagrama indeciso de rasgado silencio.
En la noche tu voz es un guante de seda
grávido en los rumores y en los riesgos del mar,
brillante en la querencia del pistilo,
venda de indefensión sobre mis ojos.
Me conduce el calor de tus caderas,
elásticas y duras como un arco,
a la doble diana de tu pecho,
granada abierta y roja en las manos de un niño.
Color, olor, sabor flotan en la memoria.
No los dejes morir en tu imagen extinta,
diluirse en las aguas del rencor y del tiempo;
rescata en su retorno tu cuerpo repetido.
Guillermo Carnero
Verano inglés
Abril 1997-Abril 1998
Muchos son los lectores de poesía que esperaban un nuevo libro de Guillermo Carnero desde que en 1990 publicó Divisibilidad indefinida. Nueve años después, probablemente nueve años de reflexión, vuelve a la poesía con este esperado y hermoso Verano inglés, en el que mantiene las características distintivas de su obra, iniciada en 1967 con Dibujo de la Muerte: la equivalencia de la motivación biográfica y la cultural, entrelazadas en una síntesis mutuamente iluminadora; la riqueza y la precisión de un lenguaje forjado en la tradición barroca y simbolista; el enfoque tanto emocional como reflexivo de un discurso que vuelve sobre sí mismo para interrogarse sobre su propia naturaleza y razón de ser.
Si Divisibilidad indefinida introducía en la trayectoria de su autor una novedad destacable, el intimismo directo con que algunos de sus poemas exponían su meditación sobre la soledad y el desengaño, Verano inglés prolonga esa evolución, que ha dado a la poesía de Guillermo Carnero mayor capacidad de comunicación y ha hecho más accesible su verdad emocional. Este nuevo libro relata una historia de amor, con los matices que el más radical de los sentimientos adquiere en esa edad mediana que está a un paso de la vejez: la iluminación por unas ilusiones que pueden ser las últimas, la plenitud intelectual y física compartida, el inevitable fracaso y la renuncia. Comienza en un ambiente de pintura erótica de los siglos XVIII y XIX, y termina con la sobriedad ascética de un Zurbarán sin Dios, y sin más consuelo que la belleza inanimada del arte y la triste hazaña de la escritura.
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