El último dibujo de la noche
Al fin, se han ido todos
y decides hacer un último dibujo para ti.
Habías visto esta tarde
estallar el otoño por los montes
de Jaizubía (plata de los tilos,
oros del abedul, los bermellones
de los helechos en umbrías húmedas),
pero de noche, en este bar vacío
de una ciudad con las calles sin alma,
nada te queda ya sino ese poso
de negrura en la punta de tu lápiz
para esbozar un último dibujo.
Miras alrededor, te desesperas
buscando alguna flor por el local,
que no sea de plástico,
para encender ese dibujo oscuro
esta noche con lluvia y sin jardines.
Hay también en la noche
(¿o lo sientes en ti?)
un dolor muy agudo
que deseas borrar con los trazos del lápiz.
Te desesperas, buscas en ti y fuera de ti
colores de otros días: esmeraldas
del Septentrión, aquellos que te trajo
la musa melancólica
o, esta tarde, los bosques de Jaizubía en llamas.
Pero, como en la vida,
en el dolor final ya todo es noche.
En el orujo claro de tu vaso
vas mojando un dedo
y lo pasas despacio por las líneas
para difuminar más su negrura;
quieres sacar del negro lo más blanco,
pero la luz (el alba) se resiste:
no llegará detrás del aguacero.
Con alcohol y con lluvia,
lentamente, suavizas
las formas del dibujo, la noche y el dolor,
a la espera del alba,
que, no tardando, llegará.
José
Hierro se ha quedado sin colores
con que encender la luz de un nuevo día,
pero se salvará en el trazo, en ese rayo
de energía inspirada
que salta de sus dedos.
Antonio Colinas
Obra poética completa
En 1990, María Zambrano escribió sobre la poesía de Antonio Colinas que ésta «no se perdería» porque era el resultado de haberse elaborado «paso a paso»; es decir, se debía a un proceso creativo en el tiempo y profundamente unido a la experiencia de vivir.
En este volumen el lector encontrará la obra poética total de este autor, que se abrió en los años sesenta con libros como Preludios a una noche total, que se expandiría con uno de los poemarios más emblemáticos de la poesía española última, Sepulcro en Tarquinia, y que madurará en otros como Noche más allá de la noche, Jardín de Orfeo, Libro de la mansedumbre, Tiempo y abismo o Desiertos de la luz. Este volumen recoge dieciséis libros, algunos rescatados o ampliados ahora, como La viña salvaje o El laberinto invisible, que incluye sus últimos poemas inéditos. Esta visión de conjunto y cambiante supondrá para el lector una experiencia útil e iluminadora. Una detallada y sugerente meditación del autor sobre su propia poesía abre el volumen y lo cierra una selecta bibliografía.
Al fin, se han ido todos
y decides hacer un último dibujo para ti.
Habías visto esta tarde
estallar el otoño por los montes
de Jaizubía (plata de los tilos,
oros del abedul, los bermellones
de los helechos en umbrías húmedas),
pero de noche, en este bar vacío
de una ciudad con las calles sin alma,
nada te queda ya sino ese poso
de negrura en la punta de tu lápiz
para esbozar un último dibujo.
Miras alrededor, te desesperas
buscando alguna flor por el local,
que no sea de plástico,
para encender ese dibujo oscuro
esta noche con lluvia y sin jardines.
Hay también en la noche
(¿o lo sientes en ti?)
un dolor muy agudo
que deseas borrar con los trazos del lápiz.
Te desesperas, buscas en ti y fuera de ti
colores de otros días: esmeraldas
del Septentrión, aquellos que te trajo
la musa melancólica
o, esta tarde, los bosques de Jaizubía en llamas.
Pero, como en la vida,
en el dolor final ya todo es noche.
En el orujo claro de tu vaso
vas mojando un dedo
y lo pasas despacio por las líneas
para difuminar más su negrura;
quieres sacar del negro lo más blanco,
pero la luz (el alba) se resiste:
no llegará detrás del aguacero.
Con alcohol y con lluvia,
lentamente, suavizas
las formas del dibujo, la noche y el dolor,
a la espera del alba,
que, no tardando, llegará.
José
Hierro se ha quedado sin colores
con que encender la luz de un nuevo día,
pero se salvará en el trazo, en ese rayo
de energía inspirada
que salta de sus dedos.
Antonio Colinas
Obra poética completa
En 1990, María Zambrano escribió sobre la poesía de Antonio Colinas que ésta «no se perdería» porque era el resultado de haberse elaborado «paso a paso»; es decir, se debía a un proceso creativo en el tiempo y profundamente unido a la experiencia de vivir.
En este volumen el lector encontrará la obra poética total de este autor, que se abrió en los años sesenta con libros como Preludios a una noche total, que se expandiría con uno de los poemarios más emblemáticos de la poesía española última, Sepulcro en Tarquinia, y que madurará en otros como Noche más allá de la noche, Jardín de Orfeo, Libro de la mansedumbre, Tiempo y abismo o Desiertos de la luz. Este volumen recoge dieciséis libros, algunos rescatados o ampliados ahora, como La viña salvaje o El laberinto invisible, que incluye sus últimos poemas inéditos. Esta visión de conjunto y cambiante supondrá para el lector una experiencia útil e iluminadora. Una detallada y sugerente meditación del autor sobre su propia poesía abre el volumen y lo cierra una selecta bibliografía.
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