No sé si podré dormir esta noche.

Manuela ha permanecido callada durante toda la audiencia. Se ha ablandado con Tomás.
—La verdad es que me ha dado lástima. No es mala persona.
—Es un gran tipo, Manuela. Y lo será para ti en el futuro.
Golpecitos en la puerta. Permiso de ingreso.
Concesión de entrada. Irrumpe Alcoceba.
—Señor marqués y señora doña Manuela. Mire.
Me entrega un diploma. Leo.

Academia Gentleman de Sevilla
20 de junio de 2009
Ramón Tenorio Molina, en mi condición de director de la Academia Gentleman de Sevilla, certifico:
Que don Prudencio Alcoceba Mariné ha superado con alta nota el curso de Urbanidad, Higiene y Ruidos en la Masticación, por lo que considero que puede recibir la calificación de Apto para sentarse a comer en las mesas más distinguidas y con la compañía más selecta.
Firmado y sello de la Academia:
RAMÓN TENORIO MOLINA
 
—¡Enhorabuena, Alcoceba!
—Todo llega, señor marqués.
—Bueno, pero falta un matiz. El examen doméstico.
—Estoy deseando enfrentarme a la prueba. Pero quiero que sólo sea usted el examinador. Sin malvados ayudantes.
—Yo solo. Mañana a las trece horas en el guadarnés.
—No sé si podré dormir esta noche.
—En estética ha mejorado mucho. Los zapatos son correctos. Los calcetines… a ver los calcetines, Alcoceba. Súbase los pantalones hasta las rodillas… Bien, bien. Medias altas y de color negro. La camisa no merece un suspenso. La corbata anudada en su sitio y de tonos serios, y algo espectacular, Alcoceba: ya no le suda la calva. Su alopecia es mate. ¿Cómo lo ha conseguido?
—Con los polvos Sudorcal, de los Laboratorios Friné. No son baratos, pero sí altamente efectivos. Procedido el lavado, y con anterioridad al peinado, extiendo un puñado de polvo por mi cabeza, formando una invisible película que impide la afluencia de la sudoración capilar.
—En el apartado Higiene está usted aprobado, Alcoceba. Pero lo de mañana es más duro.
—Intentaré superar la prueba. Gracias, señor marqués.
Al abandonar Alcoceba el despacho, Manuela no sabe si reír o llorar. Pero su expresión es más de carcajada a punto de estallar que de llanto incontenido.

Alfonso Ussía Muñoz-Seca
El diario de Mamá
Memorias del marqués de Sotoancho 10


Una nueva y divertida aventura del marqués de Sotoancho. La madre del marqués murió en el tomo anterior, dejando tranquilo al pobre marqués y haciéndole un hombre mucho más rico de lo que ya era. Pero su muerte no significa que deje de maltratarle como ha venido haciendo desde que él era un niño. Ha dejado un Diario en el que su maldad se hace más evidente, si cabe. El pobre marqués lee el diario cuando sus actividades diarias se lo permiten. Mientras tanto, tiene que organizar una cacería a la que está invitado el juez Garzón y, muy probablemente, el ministro Bermejo. El marqués de Sotoancho es un niño bien y mimado, de la alta aristocracia española, con finca en Andalucía, de los que no ha trabajado en su vida y vive completamente ajeno a la realidad. Pero su vida está llena de estrés y problemas que normalmente vienen producidos por la gente que trabaja para él y por su mujer, mucho más joven que él y guapísima.

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