—¿Qué fue del burro que me llevó la impedimenta?

—¿Qué fue del burro que me llevó la impedimenta?
—¡Huy! Tiene que haber muerto ya, los burros no viven mucho; se lo vendí a un globero, a uno de esos que andan de un lado para otro vendiendo globos a los niños y un día que volvió por aquí, el burro, con todos los globos prendidos, tiró para la cuadra. El amo lo deslomó a palos porque estalló lo menos veinte globos.
El ayuntamiento estaba en un edificio viejo y destartalado; ahora lo derribaron para levantarlo de nuevo. En la pared debida se sigue leyendo, después de haberse dejado de leer durante una temporada: «Por aquí pasó C. J. C. el 12 de junio de 1946. El viajero se lava un poco en el portal de la posada mientras le preparan la comida». La antigua posada está en casa de Venancia Gabarda, la hija de la Jaima, q. e. p. d., y hermana de Fabián, q. e. p. d. De la alcuña de los Gabarda ya se dejó cumplida noticia en esta crónica. El viajero recibe un telegrama del cabo Atienza, don Braulio Atienza García, cabo primero de la guardia civil, que fue el que le comunicó el 3 de marzo de 1959, la triste nueva de la muerte de Fabián. El telegrama fue puesto en Archena, tierra de buenas aguas mineromedicinales, en el partido judicial de Mula y vicaría foránea de Calasparra del orden de San Juan, y dice así: «Imposibilidad saludarle personalmente deseo suerte nuevo viaje Alcarria recordando a Fabián un abrazo». Al viajero le emociona, también le obliga, la lealtad a la amistad; Fabián Gabarda murió hace ya más de un cuarto de siglo y ahora dos amigos le recuerdan, el cabo de la guardia civil y el viajero, en el que fue su pueblo.
—¿Usted cree que Fabián se lo merecía?
—Sin duda; estas cosas jamás suceden por casualidad.
A los de Casasana les llaman cuculillos o cuculilleros porque, según dicen, duermen en cuclillas; eso era antes porque ahora duermen en colchón Flex o Pikolín y como está mandado. Los de Casasana quieren, que les pongan coche correo para que las cartas y los telegramas les lleguen sin demasiado retraso; el viajero no recuerda si esto está previsto en la Constitución, pero supone que sí. En todo caso, el viajero (y cartero) se permite pedir a su jefe natural y administrativo el señor director general de Correos y Telégrafos, don Ángel Félix de Sande, que se sirva considerar lo que tiene por justa pretensión.

Camilo José Cela
Nuevo viaje a la Alcarria


Publicada por primera vez en 1986, es una nueva aventura sobre los caminos que colmaron sus afanes viajeros de juventud y que le dieron merecida fama de caminante. En el primer Viaje a la Alcarria hay un lirismo, sentimiento del paisaje, comunión con las gentes de una España rural pobre, solidaria y postrada; pero, cuarenta años después, Camilo José Cela se echó de nuevo al camino y ya nada fue igual… Iba en un gran coche descapotable y con choferesa negra, Viana Oteliña Gordon que, a la postre, suscitó más interés y regocijo que el viajero.

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