El «Ercole»
De los diarios del 30 y 31 de
marzo y 1 de abril de 1897
Al Narrador le molesta un poco tener que registrar este canto
sinalagmático entre Simonini y su abate fisgón, pero parece ser que justo el 30
de marzo, Simonini reconstruye de forma incompleta los últimos acontecimientos
en Sicilia, y su texto se complica con muchos renglones borrados de forma
impenetrable, otros tachados con una X, aún legibles, e inquietantes de leer.
El 31 de marzo se introduce en el
diario el abate Dalla Piccola, como para desbloquear puertas herméticamente
cerradas de la memoria de Simonini, revelándole lo que Simonini se niega en
redondo a recordar. El 1 de abril, Simonini, tras una noche inquieta en la que
recuerda haber tenido conatos de vómito, vuelve a intervenir, irritado, como
para corregir las que considera exageraciones, indignaciones moralistas del
abate.
En definitiva, el Narrador, no sabiendo a quién darle la razón, se
permite relatar aquellos acontecimientos tal como considera que hay que
reconstruirlos, y naturalmente se asume la responsabilidad de su
reconstrucción.
Nada más llegar a Turín, Simonini hizo llegar su informe al cavalier
Bianco y al cabo de un día le llegó el recado que lo volvía a convocar a una hora
tardía en el lugar desde el cual la carroza lo conduciría a ese mismo saloncito
de la vez pasada, donde lo esperaban Bianco, Riccardi y Negri di Saint Front.
—Abogado Simonini —empezó Bianco—, no sé si la confianza que ya nos une
me permite expresarle sin reservas mis sentimientos, pero debo decirle que es
usted un necio.
El cementerio de Praga de Umberto
Eco
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