Asesinato en el baño.
La conversación con el erudito me suministró materia para
pensar. Los Reyes Sagrados morían en el agua, según el rito más antiguo, el de
los tiempos de la Diosa Madre, que deja su huella en algunas tradiciones
históricas: Osiris, Hércules, Minos y Agamenón perecen asesinados en el baño.
Había algo en estas historias que resultaba familiar. Una
antigua tradición de Jaén señalaba el asesinato de un rey moro en los baños de
la Magdalena, en el subsuelo del actual palacio de los condes de
Villardompardo, un tal Alí, muerto el 22
de marzo de 1018.
Recordé el peñón de Uribe, mencionado en la oración del gitano
y su emotiva leyenda: un muchacho casadero que llevaba al hospicio a su padre
impedido lo depositó sobre el peñón de Uribe para descansar y despedirse de él.
El anciano rompió a llorar. «¿Por qué lloras, padre?», preguntó el hijo.
«Porque recuerdo el día en que llevé a mi padre al hospicio, como ahora haces
tú conmigo. También yo lo senté en esta piedra para despedirme de él». El hijo,
arrepentido, cargó de nuevo con el padre y lo condujo de vuelta a casa.
Los Templarios y la
Mesa de Salomón de Nicolás Wilcox (Juan Eslava Galán)
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