Hoy, dependiendo de la hora, he comenzado a escribir en
mi memoria varios comentarios. Al despertar esta mañana incordiaban las
palabras poyo, estrellas, sereno, sputnik, comentarios, verano, infancia,
confusión, lugar…
Poyo: banco de piedra adosado a una pared colocado a la
derecha, o a la izquierda, o a ambos lados de la fachada de una casa de pueblo;
puede estar cubierto por una parra o no…
Estrellas: las que se veían en el cielo de mí pueblo en las
noches serenas: una multitud de ellas, cercanas
(rozando los aleros de las casas). Aunque teníamos un lucero, las luces en las
calles eran pobres y escasas. Preguntaréis quién es lucero: una persona
encargada de dar la luz al pueblo a partir de la aparición del primer lucero en
el horizonte y que cortaba el suministro eléctrico a calles y casas cuando sólo
brillaba el lucero de la mañana; persona a la que se paga para que entre en el
transformador y enganche o desenganche la energía eléctrica a la distribución
de los hogares y las calles de un pueblo; un vecino llamado Paco “el Lucero”
que vivía dos casas más abajo y se le adjudicaba el sobrenombre por su oficio; trabajaban
a su mismo ritmo sin tener que ver con él el cabrero y el porquero (recogían
los animales que su oficio nombraba, puerta por puerta, por las mañanas y los
llevaban a los campos y montes y los entregaban por las tardes cada uno en su
domicilio).
Las campanas: por la mañana temprano llamaban a misa, a
mediodía repicaban el Ángelus, por la tarde invitaban al Rosario… y terminaba
el día con la Moza de Ánimas, que en los cruces de las calles y plazas
solicitaba con el esquilón una oración por el alma de los difuntos justo al
mismo tiempo que el lucero iba al transformador y el porquero y el cabrero
entregaban a sus dueños los animales que volvían del pasto…
(Ahora entenderéis las dificultades de ayer y de hoy para
escribir esto a vuela pluma)
CONTINUARÁ… (¡qué remedio!)
No hay comentarios:
Publicar un comentario