Viernes, 2
Ayer, jueves, 1 de agosto y hoy, viernes, estamos sujetos al enérgico plan inventado/impuesto por el ayudante Charli: dos días de jornadas dobles y rodar en la mañana del sábado; si no, no hay manera de terminar con Carlos Larrañaga antes del mediodía de lunes, cuando se marcha de Madrid para cumplir sus compromisos teatrales.
Éstas son las jornadas de que disponemos para rodar las secuencias del refugio.
El piso encontrado es demasiado pequeño, un poco agobiante, no para el resultado en pantalla sino para moverse las cuarenta personas del equipo durante el trabajo. Es necesario que en el piso estén sólo los imprescindibles.
A pesar de estas dificultades, el trabajo se nos da muy bien. Carlos Larrañaga y Beatriz Rico están magníficos. Tendrán dos éxitos personales. El tamaño del piso, sesenta y cuatro metros para 6 habitaciones —de las que hemos tirado algunos tabiques— es agobiante incluso para el equipo reducido, la cámara, las vías, la grúa, los proyectores.
Calor, un calor asfixiante. En el pequeño cuartito de maquillaje y vestuario nos han puesto un aparato de refrigeración. Colocamos junto a él el monitor de la expertísima Ana y procuro no moverme de allí, pero es inevitable ir de vez en cuando a la habitación en que se rueda, acertadísimamente decorada por Julio Esteban, pero llena de cacharros, trastos y muebles que aumentan el agobio.
Fernando Fernán Gómez
El tiempo amarillo
Memorias ampliadas (1921-1997)
El tiempo amarillo brinda al lector una nueva y personalísima mirada sobre varias décadas de nuestro país, y también, y sobre todo, una profunda mirada de Fernando Fernán-Gómez sobre sí mismo; una mirada distanciada y cercana a la vez, y que cristaliza en un lenguaje preciso que transmite y contagia sinceridad y emoción.
Ayer, jueves, 1 de agosto y hoy, viernes, estamos sujetos al enérgico plan inventado/impuesto por el ayudante Charli: dos días de jornadas dobles y rodar en la mañana del sábado; si no, no hay manera de terminar con Carlos Larrañaga antes del mediodía de lunes, cuando se marcha de Madrid para cumplir sus compromisos teatrales.
Éstas son las jornadas de que disponemos para rodar las secuencias del refugio.
El piso encontrado es demasiado pequeño, un poco agobiante, no para el resultado en pantalla sino para moverse las cuarenta personas del equipo durante el trabajo. Es necesario que en el piso estén sólo los imprescindibles.
A pesar de estas dificultades, el trabajo se nos da muy bien. Carlos Larrañaga y Beatriz Rico están magníficos. Tendrán dos éxitos personales. El tamaño del piso, sesenta y cuatro metros para 6 habitaciones —de las que hemos tirado algunos tabiques— es agobiante incluso para el equipo reducido, la cámara, las vías, la grúa, los proyectores.
Calor, un calor asfixiante. En el pequeño cuartito de maquillaje y vestuario nos han puesto un aparato de refrigeración. Colocamos junto a él el monitor de la expertísima Ana y procuro no moverme de allí, pero es inevitable ir de vez en cuando a la habitación en que se rueda, acertadísimamente decorada por Julio Esteban, pero llena de cacharros, trastos y muebles que aumentan el agobio.
Fernando Fernán Gómez
El tiempo amarillo
Memorias ampliadas (1921-1997)
El tiempo amarillo brinda al lector una nueva y personalísima mirada sobre varias décadas de nuestro país, y también, y sobre todo, una profunda mirada de Fernando Fernán-Gómez sobre sí mismo; una mirada distanciada y cercana a la vez, y que cristaliza en un lenguaje preciso que transmite y contagia sinceridad y emoción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario