26 de octubre
Hoy otro día movido. J. R. lo pasó muy bien con sus visitantes de hoy, sobre todo con la familia Homar. Almorcé en el Caribe [Hilton] porque quería que asistiera Lulú [Benítez], y vino también a conocer a Mrs. de Beers, Margarita Ashford de Lee. Lo pasamos muy bien, aunque eché de menos la economía del Centro [Club] de la Facultad, pero allí no cuento con Lulú por los chismes y cuentos y celos. Lulú me dio una carta de presentación para su cuñado y mañana iré a verlo con Cecilia para interesarlo en el caso de la pobre Sra. de Peñagarícano, que encima de quedarse viuda se ha quedado sin pensión por haber la hija idiota llegado a los 18 años. El almuerzo junto al mar, un verdadero sueño. Allí estaba Marion Wolf jugando a cartas con 3 otras cotorronas «continentales [de los EE.UU.]» ¡Qué vidas tan vacías!
Zenobia Camprubí Aymar
Diario 3. Puerto Rico (1951-1956)
Zenobia Camprubí llevó a cabo un Diario a lo largo de los casi veinte años que duró su vida en el exilio. Redactado parte en inglés y parte en español, lenguas que por sus antecedentes familiares y trayectoria personal dominó con idéntica facilidad, el Diario nos revela el carácter extraordinario de quien fuera la esposa del poeta Juan Ramón Jiménez. Entrelazados con la vida activa de su autora, se recogen en este monólogo sus estados de ánimo, los de su marido, sus frustraciones y ambiciones, sus reflexiones respecto al poeta y a su entorno. El Diario destaca por su valor como obra intimista, lo que pone de manifiesto la competencia literaria de la autora, y su importancia como testimonio histórico y documental. Si un diario conecta las dos partes del ser, la que escribe y la que lee, y ese vínculo se convierte en un modo de observar la propia supervivencia, el Diario de Zenobia Camprubí sería, como se observa en el prólogo del primer volumen, «un instrumento de supervivencia por el que Zenobia trató de reencontrar el perdido sentido de la vida a raíz del trauma de la Guerra Civil española».
El primer volumen abarca el periodo comprendido entre 1937 y 1939, correspondiente a la estancia del matrimonio en Cuba; el segundo cubre los años que van de 1939 a 1950, los vividos en Estados Unidos; el último, hasta ahora inédito, se centra en los años finales de su vida, transcurridos en Puerto Rico.
La edición y preparación de este diario completo ha estado a cargo de Graciela Palau de Nemes.
Hoy otro día movido. J. R. lo pasó muy bien con sus visitantes de hoy, sobre todo con la familia Homar. Almorcé en el Caribe [Hilton] porque quería que asistiera Lulú [Benítez], y vino también a conocer a Mrs. de Beers, Margarita Ashford de Lee. Lo pasamos muy bien, aunque eché de menos la economía del Centro [Club] de la Facultad, pero allí no cuento con Lulú por los chismes y cuentos y celos. Lulú me dio una carta de presentación para su cuñado y mañana iré a verlo con Cecilia para interesarlo en el caso de la pobre Sra. de Peñagarícano, que encima de quedarse viuda se ha quedado sin pensión por haber la hija idiota llegado a los 18 años. El almuerzo junto al mar, un verdadero sueño. Allí estaba Marion Wolf jugando a cartas con 3 otras cotorronas «continentales [de los EE.UU.]» ¡Qué vidas tan vacías!
Zenobia Camprubí Aymar
Diario 3. Puerto Rico (1951-1956)
Zenobia Camprubí llevó a cabo un Diario a lo largo de los casi veinte años que duró su vida en el exilio. Redactado parte en inglés y parte en español, lenguas que por sus antecedentes familiares y trayectoria personal dominó con idéntica facilidad, el Diario nos revela el carácter extraordinario de quien fuera la esposa del poeta Juan Ramón Jiménez. Entrelazados con la vida activa de su autora, se recogen en este monólogo sus estados de ánimo, los de su marido, sus frustraciones y ambiciones, sus reflexiones respecto al poeta y a su entorno. El Diario destaca por su valor como obra intimista, lo que pone de manifiesto la competencia literaria de la autora, y su importancia como testimonio histórico y documental. Si un diario conecta las dos partes del ser, la que escribe y la que lee, y ese vínculo se convierte en un modo de observar la propia supervivencia, el Diario de Zenobia Camprubí sería, como se observa en el prólogo del primer volumen, «un instrumento de supervivencia por el que Zenobia trató de reencontrar el perdido sentido de la vida a raíz del trauma de la Guerra Civil española».
El primer volumen abarca el periodo comprendido entre 1937 y 1939, correspondiente a la estancia del matrimonio en Cuba; el segundo cubre los años que van de 1939 a 1950, los vividos en Estados Unidos; el último, hasta ahora inédito, se centra en los años finales de su vida, transcurridos en Puerto Rico.
La edición y preparación de este diario completo ha estado a cargo de Graciela Palau de Nemes.
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