Si fuera febrero y la hilera de almendros del sendero
hubiera florecido cubriendo de gloria sus ramas y el olor dulzón el aire que te
rodea te arropara sutilmente y tus oídos se llenaran del persistente zumbar de
abejas y tuvieras sueño, no podrías dormir aún bajo sus copas, el suelo estará
helado y la tierra dura pero si podrías llevar a casa el zurear de las palomas
y el trino de las amorosas avecillas (MMV)
Lampedusa y sus lecturas españolas
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Ya comenté aquí, al referirme a la correspondencia del autor de *El
gatopardo* y su mujer, que estaba deseando leer este libro: Lampedusa y
España. Lo p...
Hace 1 semana
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