Si fuera febrero y la hilera de almendros del sendero
hubiera florecido cubriendo de gloria sus ramas y el olor dulzón el aire que te
rodea te arropara sutilmente y tus oídos se llenaran del persistente zumbar de
abejas y tuvieras sueño, no podrías dormir aún bajo sus copas, el suelo estará
helado y la tierra dura pero si podrías llevar a casa el zurear de las palomas
y el trino de las amorosas avecillas (MMV)
Juan Ramón Santos lee "Meditaciones..."
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Ensanchando el territorio
Ahora que me doy cuenta, no pudo estar más acertado Álvaro Valverde cuando,
para dar título a la antología que publicó hace uno...
Hace 5 horas
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