La corrupción es como las
drogas. Eso ha asegurado el papa
Francisco, que en su homilía de este viernes arremetió contra "la
diosa de la corrupción" y dijo que la dignidad viene del trabajo digno,
del trabajo honesto, del trabajo de cada día y no de ese camino más fácil que
al final "te quita todo".
Dirigiéndose a los fieles
comparó la corrupción con la dependencia a los estupefacientes.
"Comenzamos tal vez con un pequeño sobre, pero esto es como las drogas,
eh!. Por lo tanto, el hábito a los sobornos se convierte en una adicción",
avisó.
En su misa diaria que oficia
en la residencia de Santa Marta donde se aloja en el Vaticano, el pontífice
dijo: "Tal vez hoy haremos bien en orar por muchos niños y jóvenes que
reciben de sus padres el pan sucio: estos también tienen hambre, tienen hambre
de dignidad".
Al referirse a los
"devotos" de la corrupción administrativa, el pontífice recordó la
figura evangélica del "hombre rico", que "tenía muchos graneros,
muchos silos llenos y no sabía qué hacer" con tanto dinero, y a quien,
subrayó, "el Señor dijo: Esta noche morirás".
En la homilía, el papa expresó
su pena por "esa pobre gente que ha perdido la dignidad en la práctica de
sobornos y solo trae consigo, no sólo el dinero que ganaron, sino también la
falta de dignidad". Francisco instó a los presentes a rezar por ellos.
(El HUFFINGTON POST; 8/11/2013)
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