El vino y el narrador de milagros


Que le gustaba el vino ya lo dejó por escrito y si era por gracia y de balde mejor que mejor. ¡Eso si, un buen vino! Lo que tengo dudas es si contaba estos milagros antes o después de haber libado o entremedias: una monja es enamorada por un caballero con el que se cita para huir y antes de abandonar el convento se despide de la Virgen de la que era devota. Cuando iba a abandonar la iglesia y al pasar ante un crucificado éste desclava una mano y le da un bofetón que la deja mirando para santo Domingo de la Calzada por lo menos. Como en todos los conventos que se precien vive alguna que otra correveidile, se entera la superiora y la comunidad de monjitas y dan gracias a la Virgen por tal milagro. Parece ser que la hermana pecadora estuvo a pan y agua durante un mes (sopas castellanas) para que se le arreglaran los arrebatos de la libido.

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