Araucaria (6) - Dormir. Mañana será otro día.

RIVERA
¿Y qué hacemos nosotros?
BARCALA
Dormir. Mañana será otro día.
GARCÉS
Uno más.
LLUCH
Uno menos.
(Silencio. El mar apenas resuella. La noche se deslíe en gris desvaído, atacada por vagos fulgores. Una raya en el horizonte dibuja el lomo de las aguas, su límite redondo. Pájaros madrugadores. Un gallo alerta. Planos lívidos de las casas, un olivo que la noche ha dejado intacto, el perfil geométrico de la araucaria. La gran función de la amanecida comienza, con timbres y colores siempre nuevos. El hombre, preso del capullo del ensueño, agoniza con fantasmas desapacibles, se queja como un bicho desvalido. Del cielo se desploman los aviones, flechados al pueblo. Ya están encima. Estrépito. En manojos, las detonaciones rebotan. Chasquidos, desplomes, polvo, llamas. ¿De dónde sale tanta criatura? Otra pasada. Estruendo de bombas. Ráfagas de metralla. El pueblo corre, aúlla, se desangra. El pueblo arde. Del albergue quedan montones de ladrillos, que expiran humo negro, como si los cociesen otra vez. Los aviones, rumbo al este, brillan a los rayos del sol, invisible desde tierra).
Barcelona, abril, 1937

Manuel Azaña
La velada en Benicarló
Diálogo de la guerra de España

La velada en Benicarló es un resumen del pensamiento político de Azaña: en ella mantendrá los postulados indeclinables que forman las bases de su concepción moral de la política, los principios de que parte en sus actuaciones de gobierno, las ideas que alumbran su actitud intelectual, su concepto de la política como algo «razonable», su idea del Estado como motor de la reforma civilizadora, su devoción constante a la libertad. Azaña reflexiona sobre sus liberales principios y la realidad que los niega; pese al choque entre idea y sociedad mantendrá aquella, porque la sigue considerando como «verdad» moral de carácter universal, que no pierde su vigencia aunque en un momento histórico, en una determinada sociedad (en su caso la española de 1936) fracase eventualmente. Pese a sus humanas limitaciones, a sus errores o a su irremediable subjetivismo, La velada en Benicarló puede considerarse una de las obras más importantes del pensamiento político español, el mejor documento quizá sobre la República y también un inapreciable testimonio sobre la Guerra Civil española. La velada cumple así dos importantes objetivos: por un lado, su valor es inmenso para que las generaciones actuales comprendan mejor la guerra y la República, y, por otro, refleja de modo meridiano la real dimensión de Manuel Azaña; el hombre de razón, el liberal insobornable que ni en los momentos más duros de su vida perdió su amor a España y a la libertad.

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