Los físicos meteorólogos nos informan, pequeños profetas,
qué tiempo hará en las próximas cuarenta y ocho horas; los médicos también son
capaces de adelantarse a la certeza de muerte cuarenta y ocho horas, o cinco
meses antes, de algún paciente que pasó por sus manos. Y eso que decían que
desde las historias del Antiguo Testamento los profetas escasearían y, sin
embargo, cada día hay más.
Carta de Benicasim
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Hace unos meses se puso en contacto conmigo Jacinta Negueruela, profesora
jubilada del instituto Violant de Casalduch de Benicasim (en valenciano,
Benic...
Hace 20 horas
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