Esta tarde, cuando regresaba
de Madrid, por la ventanilla del coche me fijé en la cantidad de almendros
llenos de flores que ha dejado como restos luminosos el arrasado campamento de
chabolas que, durante muchísimos años, ocupaba un amplio lateral de la autovía
de Andalucía. A esas horas, como hacía mucho viento los múltiples roedores que
allí pastaban indiferentes recibían una lluvia de pétalos y algún que otro copo
de nieve.
Apuntes del natural
-
*Más vida*, de José Saborit (Valencia, 1960), es un libro meridiano. Por su
tono, de línea clara, y por la luz mediterránea que lo ilumina. Que el
poeta ...
Hace 2 días
No hay comentarios:
Publicar un comentario