La penúltima vez que estuve en
Madrid escuche y contemplé a una señora mayor que hablaba con un perro en la
calle de Alcalá en estos términos: “- ¡mira! tengo que hablar con un señor y te
prometo que cuando lo haya hecho vamos al Retiro”. El can atornillado en el
suelo sólo tenía ojos para la Puerta de Madrid del parque. Oí mientras me
alejaba a la señora insistir en la promesa. Es una pena que no esperara a ver
el desenlace pero yo también quería entrar en el Retiro. (MMV 9/13)
En Quimera
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En el número 496 de la revista Quimera se ha publicado esta nota sobre *Meditaciones
del lugar*.
Gracias, Álex Chico.
*Si una de las tareas más apasiona...
Hace 1 día
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