¡Ah de la vida! ¿Nadie me responde?
¡Aquí de los antaños que he vivido!
La Fortuna mis tiempos ha mordido;
las horas mi locura las esconde.
¡Aquí de los antaños que he vivido!
La Fortuna mis tiempos ha mordido;
las horas mi locura las esconde.
¡Que sin poder saber cómo ni adónde
la salud y la edad se hayan huido!
Falta la vida, asiste lo vivido,
y no hay calamidad que no me ronde.
la salud y la edad se hayan huido!
Falta la vida, asiste lo vivido,
y no hay calamidad que no me ronde.
Ayer se fue; mañana no ha llegado;
hoy se está yendo sin parar un punto:
soy un fue, y un será, y un es cansado.
hoy se está yendo sin parar un punto:
soy un fue, y un será, y un es cansado.
En el hoy y mañana y ayer, junto
pañales y mortaja, y he quedado
presentes sucesiones de difunto.
pañales y mortaja, y he quedado
presentes sucesiones de difunto.
Francisco Gómez de
Quevedo Villegas y Santibáñez Cevallos (Madrid, 14
de septiembre de 15801 -Villanueva de los Infantes,
Ciudad Real, 8
de septiembre de 1645),
conocido como Francisco de Quevedo, fue un escritor español del Siglo de
Oro. Se trata de uno de los autores más destacados de la historia de la
literatura española y es especialmente conocido por su obra poética, aunque
también escribió obras narrativas y obras dramáticas.
Ostentó los títulos de señor de La Torre de Juan Abad y caballero de la Orden
de Santiago (su ingreso se hizo oficial el 29 de diciembre de 1617).
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