¿Quién fue el primero que identificó el mar con la muerte? ¿Acaso no decían que el agua es la fuente de la vida, lo que la mantiene, sostiene y conforma? Sin embargo recuerdo, a bote pronto, las palabras de Jorge Manrique:
“Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
que es el morir;”
Siglos después otro poeta, también identificaba el mar con la muerte. Antonio Machado en Campos de Castilla reza:
“Señor, ya me arrancaste lo que yo más quería.
Oye otra vez, Dios mío, mi corazón clamar.
Tu voluntad se hizo, Señor, contra la mía.
Señor, ya estamos solos mi corazón y el mar.”
Es lo que tiene la poesía que se puede utilizar a conveniencia del poeta, del lector o del oyente porque aquí Vicente Aleixandre en La Muerte recita:
“Eres tú, sombra del mar poderoso, genial rencor verde donde todos los peces son como piedras por el aire, abatimiento o pesadumbre que amenazas mi vida como un amor que con la muerte acaba.”
Y así podríamos seguir… pero hoy, no.