Un poema de Emily Dickinson

254
«La esperanza» es esa cosa con plumas
que se posa en el alma
y canta una canción sin letra
y nunca, nunca se calla.
Y más dulce suena en el temporal,
y fuerte debe ser la tormenta
que pueda acallar al pajarillo
que a tantos consuela.
Lo he oído en las tierras más frías
y en los más exóticos mares,
aunque jamás me pidió una migaja,
ni en las mayores adversidades.

Emily Dickinson
El viento comenzó a mecer la hierba

Traducción: Enrique Goicolea

No hay comentarios:

Blogs y Webs

  • Responsabilidad - No soy el único, me consta, que reconoce la impecable gestión de Abel Bautista Morán, Consejero de Presidencia, Interior y Diálogo Social de la Junta de ...
    Hace 3 días
  • Callos - Hai algúns anos, un día asistín a unha conferencia sobre Manuel Murguía nunha universidade de verán. O conferenciante empezou cunha frase que case me fi...
    Hace 7 años