Alarzón, Carrión, Pisuerga,
Tormes, Agueda, mi Duero. Lígrimos, lánguidos, íntimos, espejando claros cielos, abrevando pardos campos, susurrando romanceros. Valladolid; le flanqueas, de niebla le das tus besos; le cunabas a Felipe consejas de comuneros. Tordesillas; de la loca de amor vas bizmando el duelo a que dan sombra piadosa los amores de Don Pedro. Toro, erguido en atalaya, sus leyes no más recuerdo, hace con tus aguas vino al sol de León, brasero. Zamora de Doña Urraca, Zamora del Cid mancebo, sueñan tus torres con ojos siglos en corriente espejo. Arribes de Fermoselle, por pingorotas berruecos, tembalndo el Tormes acuesta en tu cauce sus ensueños. Code de Mieza, que cuelga sobe la sima del lecho. Escombrera de Laverde, donde se escombraron rezos. Frejeneda fronteriza, con sus viñedos de fresnos, Barda d´Alva del abrazo del Agueda con tu estero. Douro, que bordando viñas vas a la mar prisionero, de paso cojes al Támega, de hondas saudades cuévano. En su Foz Oporto sueña con el Urbión altanero; Soria en su sobremeseta con la mar toda sendero. Árbol de fuertes raíces aferrado al patrio suelo, beben tus hojas las aguas, la eternidad del ensueño. Miguel de Unamuno De: Cien años de Poesía Poetas contemporáneos en sus versos |
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