Gabriel, que la tierra te sea leve.


¿Quién lo iba a decir? ¡Hasta los inmortales se mueren en algún momento! Cualquier lector medio recordará aquello de 
“Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo. Todos los años, por el mes de marzo, una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea, y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos. Primero llevaron el imán.” 
Cualquier chancro de mierda acaba con cualquier inmortal aunque no lo entendamos ni Muñoz, ni Borges, ni yo. Y, otra cosa, ¿los hielos no eran fríos, azules y eternos en los polos? (Si alguno no entiende esto le hago notar que las palabras fundamentales son: barro y cañabrava)

No se aclara el cantautor mientras que cualquier poeta se alegra porque, al menos, le lean (aunque pierda cuartos el editor)

He leído hoy que un autor o cantautor afirma que la cultura no puede ser gratis de ninguna de las maneras. ¡Eso es lo que tiene que ser! ¿Habrase visto mayor pretensión que cualquier mindundi, que solo silba y mal cuando está trabajando una de sus originales composiciones, pretenda consumir sin pagar, nada de nada, la música de cualquier artistazo incluido el citado cantautor? Hay que pagar una y mil veces y hasta el último céntimo de euro ya que el supuesto cantautor una vez recogidos los dineros tendrá, porque es de justicia, que ir abonando céntimo a céntimo a todos los que le enseñaron a componer, pensar, escribir, leer incluso al que le ‘aprendió’ a decir tonterías. Si por una silla, una escultura, un espejo y una guitarra se paga una sola vez, justo es también que por cualquiera de sus canciones se pague una sola vez o como mucho el precio de una entrada ya que los conciertos desgastan bastante. Eso sí, si alguno quiere sacar un céntimo por lo que él ha hecho, hay que sancionarlo ya, que eso SI ES ROBAR.

Palabra de un poeta

Siempre he creído que la palabra de cualquier Poeta tiene más valor que cualquier estudio sesudo de cualquier miembro de cualesquiera Academia de la Lengua. Juan Ramón Jiménez escribía para Dios y dios y también para los pobres que se comunican como pueden pero que lo entendieron y entienden a la perfección. Claro que luego está Zenobia y su cuerpo desnudo en Madrid y al otro lado de este mundo. ¡Bravo por JRJ!

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